La eficacia de cara a puerta es esencial en el fútbol y el Alba hoy lo volvió a demostrar, reencontrándose con su juego después del revés de la última jornada y demostrando que va a vender muy cara esta segunda vuelta a sus rivales. El del Granada hoy era un partido mayúsculo, no sólo por el rival ya imponente por gran plantilla, sino por la adversidad de la baja de Zozulia ,que merma y mucho la capacidad ofensiva del conjunto manchego.
El choque comenzó con un Granada muy enchufado, acercándose con peligro a la meta de Tomeu, Peña y Victor Díaz desbordaban por la derecha mientras la defensa manchega podía quitarse a duras penas el balón de encima al no encontrar una salida fácil de balón. El Alba consiguió estirarse y empezó a encontrar en Aridane su mejor socio, bajando balones y dando apoyo de espaldas al centro del campo. En un centro lateral, Susaeta estuvo a punto de dar la sorpresa, mandando un centro que casi encontraba la portería de Javi Varas. A los pocos minutos un centro de Morillas tocaba en un defensor y tras una pugna en el área Aridane dejaba un balón de cara a Dani que él mismo se encargaría de rematar para poner por delante al conjunto manchego.
Escenario perfecto para el Alba tras el gol, cómodo y bien plantado, dejando al Granada la pelota para presionar su salida de balón y propiciar numerosas pérdidas tanto en el centro como en la delantera. Poco más del Alba ofensivamente esta primera mitad, en la que el árbitro no señaló una posible pena máxima a Béla por un agarrón de Flores. El Granada la tuvo en una jugada por banda que Pedro no conectaría bien y mandaría lejos de Tomeu la mejor del Granada en esta primera mitad. La segunda parte comenzaba con polémica tras la decisión del línea de señalar una falta algo dudosa que el colegiado no había decretado. Álex Martínez no desaprovecharía la ocasión y quitaría de un zurdazo por la escuadra las telarañas a la escuadra de Tomeu. El Carlos Belmonte se encendió para apoyar al equipo y en la jugada siguiente una gran falta sacada de manera extraordinaria por Susaeta ponía el balón en la cabeza de Aridane, que realizaba un cabezazo imperial que Javi Varas no pudo detener. Media hora larga, muy larga y tres puntos que tenían que quedarse en casa. Enrique Martín fue expulsado por protestar un error del línea al no señalar fuera de juego, el navarro protestó airadamente y el colegiado lo mandó a los vestuarios. Sin capitán en el barco, los minutos restantes se convirtieron una verdadera odisea para el Alba que veía como poco a poco el Granada le encerraba en su área y que a la hora de salir, con un Aridane ya cansado, no se encontraba respiro arriba. Eterno se hicieron los tres minutos de añadido, como eterno se hizo el disparo de Ramos, que cruzando con la izquierda el balón, desaprovecharía la última del Granada.
Tres puntos más, a siete del descenso y a algunos de soñar, lo primordial es asegurar la categoría cuanto antes y las cuentas que tengan que venir ya vendrán con los buenos resultados. El fútbol son goles, resultados y puntos, maneras de ganar muchas y mientras ganes, la tuya es la mejor, pero no por eso la única. Artículo hecho por León Morata Ydáñez (@09lmy)
La segunda parte comenzaba con polémica tras la decisión del línea de señalar una falta algo dudosa que el colegiado no había decretado. Álex Martínez no desaprovecharía la ocasión y quitaría de un zurdazo por la escuadra las telarañas a la escuadra de Tomeu. El Carlos Belmonte se encendió para apoyar al equipo y en la jugada siguiente una gran falta sacada de manera extraordinaria por Susaeta ponía el balón en la cabeza de Aridane, que realizaba un cabezazo imperial que Javi Varas no pudo detener. Media hora larga, muy larga y tres puntos que tenían que quedarse en casa. Enrique Martín fue expulsado por protestar un error del línea al no señalar fuera de juego, el navarro protestó airadamente y el colegiado lo mandó a los vestuarios. Sin capitán en el barco, los minutos restantes se convirtieron una verdadera odisea para el Alba que veía como poco a poco el Granada le encerraba en su área y que a la hora de salir, con un Aridane ya cansado, no se encontraba respiro arriba. Eterno se hicieron los tres minutos de añadido, como eterno se hizo el disparo de Ramos, que cruzando con la izquierda el balón, desaprovecharía la última del Granada.
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